Cuando descubres la fotografía nocturna porque has visto una imagen que te ha cautivado y te propones el reto de realizar una sesión con uno u otro sujeto, pintando con luz o plasmando las estrellas del firmamento, la ilusión te desborda, pero si no te has documentado concienzudamente o asistido a un taller con alguien que domina la técnica, la cosa se empieza a poner cuesta arriba. La desorientación lógica de la oscuridad, el desasosiego del silencio, la preocupación de haber comprometido a tu o tus acompañantes, empieza a pesar en tu conciencia y empiezas a pensar si no estarías mejor durmiendo.
No te preocupes, creo que es una sensación más común de lo normal. Esto no debe desanimarte y te sugiero que sigas escrutando imágenes que te inspiren y alienten a seguir probando.
Ten en cuenta que todo tiene su truco y práctica. La fotografía es eso, practicar mucho y dejarse influir por aquellas personas que saben comunicar y que saben poner cada cosa en su lugar sin dogmatizar, pero transmitiendo seguridad y conocimientos.
La primera fotografía de la Vía Láctea que realizas, suele ser un fracaso, pero te da un subidón muy importante y necesario cuando ves cómo has podido registrar ese camino lechoso que dejan los brazos de nuestra galaxia.
Fotografiar estrellas, paisajes nocturnos a los que aportamos luz, o sujetos de cielo profundo, produce una alegría y motivación especial. Tanto es así que este tipo de fotografía es bastante adictiva.
Hay personas que llevan muy mal el frío. Otras, trasnochar porque habitualmente madrugamos mucho. Otras el silencio de la noche y los pequeños ruidos que desconciertan. Otras salir con compañía porque les tensa y preocupa aburrirlas o que sientan desgana y desmotivación. En mi experiencia, creo que cuando se dan las circunstancias, solo o con compañía, los resultados terminan en segundo término, porque has disfrutado de una visión del cielo o de unas risas con las personas que te acompañan, que hacen merecer la pena el frío, la desorientación…
Si tuviera que recomendar algo, en primer lugar recomendaría sentido común y precaución. Después, es interesante visitar la zona con luz diurna, planificar con alguna app como Photopills (www.photopills.com), si no la conoces deberías buscar en YouTube, seguro que vas a alucinar. No es gratuita pero tampoco es mucho dinero para lo mucho que ofrece. Y después, tener más o menos claro qué quieres hacer y llevar las herramientas necesarias.
No pierdes nada por buscar imágenes nocturnas y contemplar si quieres conseguir el reto de plasmar tu imagen idílica. Ni tampoco pierdes nada por probar, ármate del vestuario apropiado, porque siempre refresca aunque sea verano y de las herramientas básicas; trípode, frontal con luz roja (es más importante de lo que crees y más fácil de conseguir de lo que piensas), un disparador, a ser posible un secuenciador y alguna linterna poco potente, para no sobreexponer o quemar la escena.
Ah! Muy importante, si quieres ver estrellas, tienes que ir a un lugar donde la contaminación lumínica sea lo más baja posible, para ello hay una app y también web que te recomiendo, www.lightpollutionmap.info/ aquí podrás comprobar que las zonas más oscuras son en las que podrás contemplar casi todo el cielo estrellado.
En astronomía, a las estrellas se las clasifica por “magnitud” que no es otra cosa que la cantidad de brillo que tienen, pero cuanta más magnitud, menos se pueden ver o más tenue es su brillo. Por eso, también te voy a recomendar otra web o aplicación tanto para ordenador como para móvil o tablet; stellarium.org. Desde aquí podrás ver el firmamento tanto el día que quieras ir a contemplarlo, como a la hora que decidas hacerlo. También podrás descubrir y localizar los sucesos como lluvias de comentas, conjunciones planetarias, posiciones de satélites artificiales, constelaciones, nebulosas, galaxias, cúmulos estelares, etc…
Disfruta de la planificación, lee y documentate, e imprime un planisferio según el mes en el que quieras realizar la salida desde https://skymaps.com, asegurándotela de que descargas el correcto, según el hemisferio en el que te encuentras o en el que harás las observaciones.
Sólo te queda disfrutar y disfrutar…