¿Qué es la larga exposición y para qué se utiliza?

La larga exposición es un recurso fotográfico que tiene como finalidad registrar movimiento en la imagen. ¿Estamos hablando de vídeo? No, no es eso exactamente. El vídeo se compone de 24, 25 ó 30 fotografías por segundo y aquí estamos hablando de una sola imagen.

Todo el mundo en algún momento ha hecho una fotografía y el sujeto, sobre todo si es una criatura pequeña o una mascota, ha salido en la fotografía trepidada o desenfocada porque se ha movido muy rápidamente. Más rápido de lo que ha sido el «click-clack» del obturador.

La tendencia en fotografía es dejarlo todo congelado, sobretodo cuando empezamos, así, dejamos las gotas suspendidas de agua cuando fotografiamos una cascada o una fuente. En las carreras de bicicletas, motos o coches, igual, aprovechando la fuerza de la luz del sol y una rápida obturación, «zass» dejamos los vehículos en medio de la carretera como si los hubieran aparcado ahí.

Pero si lo pensamos bien, cuando hacemos una fotografía como las últimas a las que me refería, ¿no sería interesante transmitir esa velocidad? Y en una cascada con un afluencia escasa ¿no sería interesante rellenar toda la caída de la misma en vez de dejar cuatro gotas suspendidas y un chorrillo pequeño?

Por estos y muchos más motivos, se utiliza la larga exposición como recurso, para transmitir mucho más de lo que se puede recoger en una milésima de segundo.

Jugando con el triángulo de la fotografía, sabemos que cuando alteramos alguno de sus «vértices», debemos compensar los otros dos, o el resultado no será satisfactorio.

Imaginemos un trocito de cuerda al que anudamos por sus extremos, conseguimos una suerte de lazo.

Ahora cogemos tres alfileres y un pequeño cojín y pinchamos los alfileres usando la cuerda, de forma que los alfileres siempre estén dentro del recinto de la cuerda. Si tiramos de un extremo, los otros dos tienden a juntarse para mantener el «perímetro» del lazo que hemos creado.

Justamente esta ilustración mental es la que nos sirve para entender que si queremos una exposición estándar, sí, he dicho estándar y no correcta, porque en fotografía, dependiendo del resultado que quieras conseguir, la corrección es una u otra. Pues eso, si queremos una exposición estándar, hay que jugar con esos tres valores; Velocidad, Apertura y Sensibilidad.

En el caso que nos ocupa, queremos jugar con la velocidad, para hacerla lo mas lenta posible, pero si hacemos esto, dejaremos pasar mucha luz por acumulación. Entonces, ¿no se puede hacer larga exposición de día, sólo de noche o en recintos oscuros?

Sí podemos, ayudándonos de filtros que se ponen delante del objetivo, que bloquean o dejan pasar poca luz, porque el vidrio es muy opaco. Esta opacidad viene graduada en distintas medidas, pero se utiliza frecuentemente la unidad de los «pasos». Los que habitualmente se suelen adquirir son de 3, 6 ó 10 pasos. Este último es muuuuuuy oscuro, si miras a través de él, apenas aprecias nada, incluso en la calle con un día soleado.

Al usar estos dispositivos, que tienen que llevar un portafiltros, logramos poder usar una velocidad mucho más lenta. Tanto que dependiendo de su grado, puedes llegar a exponer 15 o más segundos fotografiando a medio día en pleno verano.

El efecto de la imagen de cabecera, no es otro que la suma de olas mientras el obturador está abierto, eso hace que el movimiento de las olas se desdibuje y genere esa atmósfera de agua sedosa. Hay a quien le gusta que ese movimiento tenga ciertas trazas y a otras personas les gusta o prefieren para esa escena concreta, ese vaporizado de agua. Va en cuestión de gusto y de querer transmitir más o menos movimiento.

Sólo puedo recomendarte algo, prueba, prueba y prueba, esto te dará la medida.

Ah!! Para realizar una fotografía como la que ilustra este artículo, hay que usar un trípode y te recomiendo dos cosas más: un disparador a distancia y si no lo tienes, dispara con el temporizador de la cámara y dos, un filtro adecuado a ser posible de vidrio, no son baratos, pero hacer las fotografías y observar que tienen una dominante de color al llegar a casa que no puedes corregir, o un moaré horrible, es muy decepcionante. Si compras barato, comprarás dos o tres veces… Yo caí en estas cosas y terminas aprendiendo por las malas.

Saludos, buenas fotos y muchos kilómetros de felicidad.